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¿Por dónde iba?

La trampa del periodista multimedia

Desde hace algún tiempo, los expertos en periodismo vaticinan un gran cambio en el perfil del nuevo profesional de la información. Este nuevo periodista del futuro es el "periodista multimedia", capaz de desenvolverse con holgura en los distintos campos tecnológicos y comunicativos.
El mismo avance tecnológico que ha afectado de manera directa al periodismo -internet, la proliferación de medios digitales, aplicaciones fotográficas, etc...- ha propiciado que un mismo periodista vaya centralizando tareas que antes se encontraban diversificadas en varios profesionales. Esto implica un cambio considerable en la forma tradicional del periodista, que, además de elaborar textos, deberá estar más que familiarizado con una forma de trabajar más dinámica y abierta.

Muchos teóricos presentan a este futuro profesional como un ser involucrado en el progreso y con una visión amplia de la realidad, con capacidad de producir y procesar información simultáneamente para prensa, radio, televisión e internet. Y lo plantean como un avance positivo, como una gran posibilidad de desarrollo profesional para los periodistas, que quedarían encantados de "saber" tanto y poder proyectarse en la sociedad de la información con todo su esplendor. Sin embargo, todo el optimismo acerca de este futuro multimedia parece esconder unos intereses que sobrepasan el mismo periodismo y atienden más bien a cuestiones económicas y empresariales. ¿Será el nuevo periodista un "hombre para todo", recibiendo el mismo salario que recibía por desempeñar una única dedicación? Parece que, efectivamente, las redacciones verán desaparecer profesiones -maquetadores, fotógrafos, documentalistas, ...- y contemplarán el nacimiento del periodista saturado, en una profesión que desde siempre ha sido absorbente y mal remunerada.

Dejando de lado la situación propia del periodista, tampoco parece que el periodismo en general obtenga grandes beneficios con la llegada del multimedia. Ante los numerosos frentes en los que tendrá que desenvolverse el profesional de la información, parece que se ganará en producción pero no en calidad. La inmediatez primará sobre otro tipo de valores periodísticos -el cuidado del lenguaje, la estructura de los textos, ...-, y el análisis y la reflexión quedarán mermadas notablemente. Por lo tanto, habrá que valorar, desde los sectores más comprometidos con el periodismo libre y de calidad, la conveniencia de que la profesión adquiera una dimensión moderna, tecnológica (y sometida a los imperios de la información), aún a costa de valores humanistas y tendentes al periodismo honesto y de calidad.

1 comentario

Fidel Villegas -

¡Bien! Es absolutamente imprescindible insistir en la necesaria formación humanística, que requiere tiempo y serenidad. Los versos de Eliot: ¿dónde está el conocimiento, que se nos ha perdido en la información? ¿Dónde está la sabiduría, que se nos ha perdido en el conocimiento?